Se ha vuelto moda en los centros comerciales de Cali el tener música en vivo con solistas o con grupos. Eso está bien porque se le da la oportunidad a los artistas de darse a conocer, de vender sus CDs y de alegrar los días de más afluencia de público como son los sábados.
Lo que no considero correcto es la puesta de música a todo volumen como sucede con un grupo de cantantes de música andina que los he encontrado en varios centros comerciales y que, por cierto, su vestuario es de indígena Apache, cosa que no entiendo.
Hace días quedé de encontrarme con unas colegas para almorzar en Palmeto Plaza y trabajar en un proyecto. Más o menos a las dos de la tarde comenzó el conjunto en mención con su puesta en escena, con un volumen tan alto que teníamos que gritar para entendernos. En vista de esto, llamé a la administración del centro comercial para que le bajaran volumen, queja que fue atendida de inmediato.
Considero que además de contaminar el ambiente con exceso de ruido, ese no es el objetivo, pues no se trata de una fiesta, sino de alegrar el espacio permitiendo que la gente pueda conversar.
