Es una cadena: los vendedores de maíz, los fotógrafos, las familias que se entretienen dandoles de comer a las palomas, y el piso que da muestra del resultado de la ingesta de maíz.
No se trata de matar a las palomas pero sí de controlar el aumento de su población. El excremento y unos bichos que tienen, ocasionan enfermedades a los seres humanos. Por algo les dicen: "las ratas del aire".